lunes, 24 de enero de 2011

La sosez del cigüeno



Confieso que soy un  cigüeno soso y monógamo irredento, vocacional, definitivamente perdido para la causa de poner los cuernos, un producto trasnochado de un romanticismo que se ha perdido. A mí, como persona y como hombre, la infidelidad sencillamente no me pone. Me deja frío. No le veo la gracia. Creo que es porque, en mí, cualquier cosa que se haga con ocultación, de forma oscura y deliberadamente alevosa, avergonzándose de la verdad, es perjudicial para mi salud emocional. Y no digamos para la de los demás. A mí, la fidelidad ésa me la suda. Lo que me pone bien cachondo  es la complicidad.

En siendo así, no os extrañará saber que nunca me he sentido identificado con el común de los hombres, esos cazadores cavernarios, empeñados en desparramar su semen en cuantos más coños mejor, apuntalando el frágil ídolo de barro de su hombría con cada muesca añadida a la empuñadura de su polla. Ni os extrañará que, desde lo sexual, me importe un puñetero pimiento la mujer del prójimo, que no aspire a follármela, no por ningún perjuicio moral, sino porque aquello que es de otro le resta, a la olla interior en que se cuece mi deseo, el ingrediente más esencial: lo personal. Todo lo que a mí, que soy muy primitivo en según qué cosas, me conmueve está cercano, aquí y ahora, se puede ver y se puede oler, está al alcance de la mano… Todo  es personal.
 
A mí las mujeres en general, me la traen floja _nunca mejor dicho_, las mujeres famosas que viven en el planeta imaginación, ya ni te cuento, y las mujeres que no son reales ni de carne y hueso… ¡qué os voy a contar!... Yo, en esta vida, no he venido a meter el nabo o las narices en cualquier agujero que se preste como el común de los machos, allá cada cual con sus apetencias, ni a elegir a una mujer al azar como proyecto de coito permanente para después dejarla tirada en la cocina y enchufársela a todas las demás. Eso sí: ¡A mí mujer que no se acerque ni Dios!...

Vista desde mí, ésa me parece una experiencia no enjuiciable en absoluto, pero personalmente sin sentido. No. Yo, a esta vida he venido en busca de una mujer que fuera, al mismo tiempo, todas las demás, todo el abanico posible entre el amplio paréntesis que dibujan, en cada extremo, los personajes arquetípicos de la puta y de la santa. Como veis, me gusta la variedad como a cualquiera… Sólo que, como soy vago vocacional y no me interesa eso de tener que luchar por las cosas, incluidas las hembras , ni nada que tenga que ver, aún en épocas de polvos flacos, con partirme los piños con el vecino por un mendrugo de coño, me he pedido la experiencia, desde muy pequeño, de encontrarme a alguien tan especial, tan afín a mí, que tuviese el gusto de querer experimentar a todas las mujeres en sí misma.

Supongo que porque todo roto tiene su descosido, y porque debo de estar menos loco de lo que creo y aparento, un buen día  me topé de bruces con Dafne, quintaesencia para mí de la feminidad y mujer de todas mis mujeres, mi parte y mi todo, mi cómplice ideal, la reina del tablero y el peón más humilde, el no va más, con pequeñas excepciones inevitables, de mi afinidad. Ella vino a hacer real un sueño largamente perseguido, a despertarme del frío de mí mismo, a poner fin a muchas horas de soledad en su espera, mucha leche lanzada al viento de la ausencia, mucho polvo perdido y mucha paja desangelada.

Gracias a ella, yo, eterno canalla que jamás pude hacer mío el modelo de dejar en casa a la santa, atada al altar de la indiferencia y la rutina,  para irme después de putas como compensación, pude por fin tener a la santa y a la puta en mi cama, todas en una, y pude sacarlas a pasear a ambas sin dejarme a nadie por el camino. Dafne es personal, es cosa mía, la puedo ver, la puedo oler, la puedo tocar… Dafne es eterno descubrimiento y jamás hartazgo, es todas las piezas del ajedrez salvo la del rey, que toda reina necesita el suyo para no aburrirse haciendo siempre de su capa un sallo y para ponerle la pimienta necesaria al juego de la vida.

(Memorias de la entrepierna.  2010. Fragmento.)

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