sábado, 13 de noviembre de 2010

Invitación personal al baile


A ti, que vendrás a leer estas palabras en el momento exacto en que tu mente esté preparada para reconocerlas como una verdad, como un grito de socorro de tu alma, te las dejó aquí, aguardándote, como yo lo hago desde hace tanto tiempo, mientras despiertas...

Hay bailarinas que no recuerdan que lo son y se pasan la vida, de espaldas a sí mismas, siguiendo el ritmo que les marcan otros.

Hay bailarinas que van de escenario en escenario, de aplauso en aplauso, perfeccionando el arte de los pasos aprendidos, cuya experiencia nada tiene que ver con el baile que su alma sueña.

Y hay bailarinas _ porque así lo sienten, así lo piensan, así lo dicen, así lo viven_ que lo son toda su vida sin haber subido a un escenario, sin haber recibido jamás un solo aplauso.

Todas son la misma bailarina.

La única diferencia se llama conciencia y se apellida elección.

La primera no se ha parado a pensar que lo que piensa, dice y hace no tiene nada que ver con quién Es.

La segunda piensa que bailar es algo que sucede fuera y depende de lugares y circunstancias adecuadas... o que está en manos de otros.

La tercera ERES TÚ cuando dejas de pensar en lo que no eres, en el espejismo de las cosas aplazadas, y al fin comprendes que el baile, los escenarios y los aplausos están en ti... cuando, en cualquier circunstancia, contra toda lógica mental, piensas, dices y actúas como la bailarina que te hace feliz y has elegido SER.

Te espero en la pista de todos los días de mi vida.


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