Imaginad, por un momento, que otro mundo es posible, un mundo al revés del vuestro, donde el único poder sea el de Amar y la única riqueza, el compartirla. Imaginad un mundo, en el que los mercados de compra y venta ha sido sustituidos por redes de distribución solidaria de los bienes y los recursos; en el que las entidades financieras se han convertido en bancos de alimentos para todos, y en el que la industria basada en energías contaminantes ha dado paso a la producción masiva de energía alternativa y limpia, el Amor Infinito, en los altos hornos de cada alma humana.
Imaginad una Tierra sin divisiones artificiales, una Tierra sin pateras ni alambradas, una nación única por la que circulan libremente las almas sin otro propósito que enriquecerse las unas a las otras con la extraordinaria experiencia de un proyecto común de evolución espiritual, de regreso a la Fuente, de vuelta a Mí, a través de la experiencia humana. Imaginad una Tierra, sin humos y sin malos humos, sin multinacionales y sin guerras porque el poder y los recursos son de todos y al fin de nadie, por lo que carecería de sentido _e iría contra vuestra evolución natural_ luchar para obtener aquello que otros libremente dan.
Imaginad un lugar donde el pago por los servicios voluntariamente prestados a la comunidad, cada uno en función de sus habilidades y preferencias, son retribuidos por el enorme placer de sentirse ricos enriqueciendo a los demás, haciendo sus vidas más hermosas. Imaginad un lugar en el que cada uno ha comprendido _en su corazón antes que en su cabeza_ que todo el bien hecho a otros es, en realidad, un bien hecho a uno mismo. Imaginad un lugar, donde todos han recordado que son Uno en Mí y saben, al recordar que son Dios, que la felicidad no es meta sino principio y camino, y que el sentido de la vida es vivir esa Verdad con plenitud y llevar esa buena nueva a todos los seres de cualquier universo, a los confines de la Creación.
Imaginaos a vosotros mismos, por un momento, en ese mundo, donde la paz, la libertad, la fraternidad universal, la alegría sin límite no son una utopía _porque habéis recordado que nunca han estado fuera, siempre lejos de vuestro alcance, en esa proyección eternamente escurridiza que llamáis futuro_ , sino la realidad sentida, expresada y materializada desde vuestra Fuerza Interior: Yo Mismo, para serviros.
Si lo que os propongo responde a los deseos más íntimos de vuestra alma, ponedlo todo del revés, despojaos de lo que creéis que es la realidad, el mundo que habéis creado desde mis antípodas, y acostumbrad vuestra mente a imaginar el mundo que hoy os he descrito. Id al Origen. Pensadlo todo de nuevo.
No es un sueño.
Solamente Es.
Imaginad una Tierra sin divisiones artificiales, una Tierra sin pateras ni alambradas, una nación única por la que circulan libremente las almas sin otro propósito que enriquecerse las unas a las otras con la extraordinaria experiencia de un proyecto común de evolución espiritual, de regreso a la Fuente, de vuelta a Mí, a través de la experiencia humana. Imaginad una Tierra, sin humos y sin malos humos, sin multinacionales y sin guerras porque el poder y los recursos son de todos y al fin de nadie, por lo que carecería de sentido _e iría contra vuestra evolución natural_ luchar para obtener aquello que otros libremente dan.
Imaginad un lugar donde el pago por los servicios voluntariamente prestados a la comunidad, cada uno en función de sus habilidades y preferencias, son retribuidos por el enorme placer de sentirse ricos enriqueciendo a los demás, haciendo sus vidas más hermosas. Imaginad un lugar en el que cada uno ha comprendido _en su corazón antes que en su cabeza_ que todo el bien hecho a otros es, en realidad, un bien hecho a uno mismo. Imaginad un lugar, donde todos han recordado que son Uno en Mí y saben, al recordar que son Dios, que la felicidad no es meta sino principio y camino, y que el sentido de la vida es vivir esa Verdad con plenitud y llevar esa buena nueva a todos los seres de cualquier universo, a los confines de la Creación.
Imaginaos a vosotros mismos, por un momento, en ese mundo, donde la paz, la libertad, la fraternidad universal, la alegría sin límite no son una utopía _porque habéis recordado que nunca han estado fuera, siempre lejos de vuestro alcance, en esa proyección eternamente escurridiza que llamáis futuro_ , sino la realidad sentida, expresada y materializada desde vuestra Fuerza Interior: Yo Mismo, para serviros.
Si lo que os propongo responde a los deseos más íntimos de vuestra alma, ponedlo todo del revés, despojaos de lo que creéis que es la realidad, el mundo que habéis creado desde mis antípodas, y acostumbrad vuestra mente a imaginar el mundo que hoy os he descrito. Id al Origen. Pensadlo todo de nuevo.
No es un sueño.
Solamente Es.
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