Genios embotellados

Eres el genio fuera de la botella. Todos los sois sin saberlo. Sois todos creadores, pero creéis que sólo sois los mortales que piden los deseos para recrearos en la experiencia, inconscientemente elegida,  de que éstos raramente se cumplen.

Sin embargo, el mundo de afuera es el reflejo y el producto de lo que lleváis dentro. Y no a la inversa.

No sois las víctimas: Sois la magia del Creador. Y el Creador mismo.

Es vuestra conciencia, la forma de pensar, lo que crea el mundo, tal y como lo veis.

El mundo, el Universo entero, es el producto fuera de la botella, la creación,  ilusoriamente externa,  de vuestra conciencia, individual y colectiva, sobre él.

Si imagináis, porque así os lo han enseñado,  un mundo lleno de peligros y luchas, esa experiencia obtendréis. Y os sentiréis mortales cuyos deseos jamás se cumplen...  Pero, paradójicamente, se estarán cumpliendo sin que os deis cuenta... Os sentiréis, entonces, genios encerrados, por elección inconsciente, dentro de vuestra propia botella.

Si  imagináis un mundo de amor y generosidad, el fantasma del miedo y la lucha desaparecen, surgiendo un mundo en paz y alegría, reflejo de vuestra paz y alegría interiores, los ladrillos de luz de los que estáis todos  hechos.

Sois libres de elegir y crear el mundo que soñáis con lo que pensáis, con lo que decís y con lo que hacéis. Pero el pensamiento, la palabra y la obra deben de estar en armonía y caminar en la misma dirección creadora.

De poco sirve pensar una cosa, decir otra y hacer todo lo contrario.

El camino de la felicidad es de adentro hacia afuera. Es el camino del dar. No del obtener. Cualquier cosa que obtengáis fuera, a costa de los demás, nunca os llenará. Es al revés: Sacadla de dentro y dádsela a los demás sin esperar contrapartida alguna. Eso os hará ricos. Eso os llenará. Porque es vuestra naturaleza... por mucho que algunos se empeñen en enseñaros que sois malos desde la cuna. No es así.

Sois el genio, la botella y el que pide los deseos.

Es todo lo que necesitáis saber.

Feliz viaje, o no, que vuestros deseos son siempre órdenes...

Lo sepáis o no.

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